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Restaurante Pescao
En el restaurante Pescao del Hotel Santa Catalina, su filosofía es siempre ofrecer a los huéspedes la comida más saludable, utilizando productos orgánicos locales cuando están disponibles, con un sabor que satisface el alma, a través de los típicos platos de mariscos panameños con un toque gourmet tropical.
En un cómodo y hermoso ambiente frente al mar. Es muy común que los panameños cultiven mango, papaya, sandía, naranjas, limon, limas, aguacate, mandioca, piña, melón y otras frutas y verduras frescas en sus huertos familiares, por lo que estos productos pueden obtenerse fácilmente en la mayor parte de Panamá.
Los panameños también disfrutan de un rico patrimonio culinario que proviene de sus raíces colombianas y españolas, pero gracias a la diversidad de su población, los platos tradicionales panameños suelen incluir una combinación de estas raíces históricas con otras manifestaciones tropicales, algunas del Caribe y otras de estilos de cocina europeos o norteamericanos.
En consonancia con el estilo típico panameño - tropical - español y el diseño colonial de su hotel, creen en mostrar la herencia panameña en todos los aspectos de la presentación, incluyendo la comida.
El chef de Pescado ha ideado un brillante menú de platos de mariscos locales saludables y complacientes que provienen de las raíces culinarias de la herencia del país, con un toque de sabor tropical caribeño. Los momentos más memorables de los huéspedes son, en general, mientras disfrutan de una deliciosa comida en el restaurante Pescao frente al mar con sus amigos o familia, conversan mientras observan las olas mientras el sol se pone sobre la isla de Coiba, al otro lado de la bahía.
Estos son los momentos en que las relaciones florecen, se hacen nuevos 'amigos' y la gratitud llena las almas. Establecido en 1981, el lugar donde se encuentra el restaurante Pescao, frente al mar, fue en el pasado 'Kenny's Surf Camp', donde surfistas de todo el mundo acampaban en una pequeña y rústica casa de madera que no tenía electricidad ni agua corriente.
Las comidas de mariscos frescos se cocinaban sobre una chimenea de ladrillos de madera rústica, con pesca diaria y langosta fresca que se intercambiaba con los pescadores locales por artículos como carne procesada traída de la Ciudad de Panamá, que se consideraban como un delicatessen, no disponible para los locales en ese momento ya que no había tiendas en el pueblo de Santa Catalina en ese momento.
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